lunes, 15 de diciembre de 2014

LLORÓ

Lloró. Sus lágrimas brotaron expedidas con vehemencia, e inundaron sus mejillas al ritmo de un sollozo desconsolado. Lentamente cayó arrodillada y el llanto se hizo mudo, cruel, inhumano. Entonces la luz se apagó y los aplausos llenaron la sala, y ella se incorporó sonriendo feliz, como cada final de función.

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